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La New Fair

La “semana del arte” de Madrid ha tenido este año un nuevo invitado a la fiesta que parece haber prometido desbaratar un poco más el concepto de feria al que estamos acostumbrados. El jueves 20 de febrero se inauguró en La New Gallery La New Fair, un proyecto comisariado por Semíramis González que en su estreno parece haber alcanzado -y quizás sobrepasado- las expectativas. Esta semana la propia comisaria nos afirmaba que "La New Fair busca ser un evento para todos. Si bien es cierto que es muy probable que el público objetivo sea más joven, por la propia línea de los trabajos expuestos, nos gustaría que todo el que se interese por la creación actual se pasase a ver los proyectos”. A la llamada de una exposición que reúne 25 obras seleccionadas acudió un público heterogéneo que, al cierre de la jornada en las demás ferias, aún sintió que quedaba arte por ver.

 Vista de la primera sala con una gran cantidad de asistentes al acto de inauguración 

Aunque una selección difícilmente puede ser representativa de un panorama tan amplio y convulso como el del arte actual, esta exposición busca su punto fuerte en la variedad y calidad de lo nuevo, demostrando, en unos días en los que la relación arte-mercado parece ser onmipresente, que “no solo hay arte fuera del circuito comercial, sino que debe haberlo”. Como recordaba la comisaria: “El comercio del arte (las ferias, galerías, subastas, etc.) es un sector dentro del propio sistema del arte, pero no es el único. Esta diversidad es muy enriquecedora, ayuda a que todas las partes se retroalimenten y esto siga funcionando”. 

 

Semíramis González, comisaria de la exposición 

Desde la fotografía de Miren Pastor, pasando por la pintura de Carlos Naranjo, hasta los hilos de algodón cibernetizados de Edurne Herrán, y abriendo un (gran) hueco por donde se cuela  Latinoamérica  con la propuesta de Plastic Guajiras, los trabajos que se reúnen no tienen sentido si no se les entiende como la pluralidad latente del panorama actual. En medio del negativismo que a menudo parece cundir tanto en los que empiezan como en los consolidados, es ilustrativo que para La New Fair hayan presentado sus obras casi 300 artistas, una alta participación que lleva al equipo a afirmar que es esta intención de estar presentes una de las mejores cosas que se llevan del proyecto. “Ver, de pronto, tantas propuestas, tanto interés y tanta calidad, siempre motiva a seguir intentando generar nuevas sinergias. Hay, en esta generación más joven de artistas, un intento por mostrar sus trabajos y no dejarse vencer por el desánimo, que sí parece haber calado en otro ámbitos del sector del arte”, comentaba Semíramis González.

 

Vista de la segunda sala 

Después de una multitudinaria inauguración, y a falta de un día para concluir, parece claro que la importancia de La New Fair va a venir marcada por haber sabido reclamar el espacio que el arte emergente necesita en los días más ajetreados para todo el que trabaja o disfruta de la creación contemporánea. A nadie se le escapan las dificultades por las que el sistema del arte está pasando, pero esa condición no debe frenar el auge de nuevas ideas, vengan de comisarios, artistas o gestores culturales. La consigna es seguir trabajando y apostando por la calidad, comprometiéndose a salir a buscarla y a saber entenderla; “El mundo del arte, que no vive ajeno a su contexto, no debe renunciar a algo que debe estar presente siempre en cualquier ámbito: la ética. Podemos pasar por muchos baches pero el compromiso con un modelo de trabajo ético debe preservarse siempre” apuntaba la comisaría de La New Fair. Las generaciones jóvenes parecen tener claro que “emergente” no significa si no oportunidad, y oportunidad es abrir posibilidades a lo nuevo, buscarse un espacio desde el que reunirse y crear vínculos, nuevas perspectivas y alternativas para un sistema que, si sigue funcionando, es por que ha tenido que aprender a renovarse.

 

Obras de Miren Pastor 

Obras de las Plastic Guajiras

 

Texto: Begoña Barrera