
Paisajes Preferentes, de Miguel Moreno Carretero
Galería Birimbao, Sevilla. Del 5 de marzo al 11 de abril de 2014
Cuando la paradoja se inserta en la paradoja, el resultado solo puede ser la vida real. La experiencia cotidiana nos lleva a reconocernos como animales consumidores deseosos de llenar nuestros cajones y bolsillos de pertenencias y recuerdos hechos a la medida de un mundo pequeño -más quizás de lo que nos gustaría -. La paradoja viene de que lo real (sin muchas seguridades acerca de qué pueda significar esto) lo percibimos mediante nuestras particulares casas de muñecas, nuestros personales almanaques, punto de encuentro de afanes de coleccionismo, de ingenuos deseos de guardarnos el mundo en un bolsillo y de un toque de magia simpática vendida a través de la teletienda.
Paisajes preferentes (Basado en hechos reales)
Percepciones mediatizadas o historias de un mundo a escala que nos cuentan más verdades que cualquier pretendida autenticidad, pues nos devuelven a nuestros instintitos de liliputizar para comprender. Y qué es el arte sino un dificultoso afán por comprender. La exposición Paisajes preferentes de Miguel Ángel Moreno Carretero en la galería Birimbao nos convoca para pensar la distancia entre nuestras representaciones del mundo y el mundo que se representa, en un viaje que necesariamente tiene que ser de ida y vuelta, con todas sus viceversas posibles, y en el que lo real como punto de partida todavía no ha quedado claro de qué lado juega. No hay certidumbre posible para quien se cuestiona qué es más real, la maqueta o el edificio, la intervención pública o su preparación sobre el plano (alguien podría haberle preguntado a Debord). No hay certidumbre, pero hay muchas preguntas factibles a partir de la propuesta de Moreno Carretero.
Paisajes preferentes
En este juego de distancias y de oscilaciones, un óleo y su correlato en madera (Hidroclastia) nos permiten interpretar el feroz alejamiento entre lo planeado y lo construido a escala, incidiendo en las fracturas que se producen al intentar transportar ideas al terreno público, aquí ausente pero deducible por ser el tercer eslabón de la cadena que une óleo-maqueta-(construcción). Sin embargo, el resultado nunca es como aparecía en nuestros sueños, los patos se quedan sin casa, las ideas se esterilizan, pierden su sentido (aunque ganen otros), y nada es como estaba planeado. La tarea de construir un edificio, un relato, una identidad, es árida y corre el riesgo de generar prácticas díscolas, descontextualizadas de su entorno final, más como arqueología del presente que como promesa para el futuro. Pero nada se puede hacer ante el afán de planificar, de maquetar, de cartografiar o de diseñar. Levantar sueños, aunque sea a escala, es la utopía estilo playmobil de nuestros días.
Paisajes preferentes (Hidroclastia)
De sueños de grandeza convertidos en miniaturas de vitrina nos habla también Moreno Carretero. La serie Basado en hechos reales, como las películas que como un prurito de pretendida verosimilitud incluyen esta fórmula al comienzo del film, señala con el dedo descaradamente hacia nuestras relaciones (tan confortables, tan apañadas) entre lo verdadero y lo común, entre lo real y lo socialmente aceptado, entre vida y ficción. Más aún, de su estrategia se puede inferir un doble giro ejemplificador. En medio de un panorama en el que eventualmente se acusa a las artes plásticas de espectáculo mediático, monopoly del capitalismo brutal y frivolidad vestida de marca pero con gafas de pasta, nunca está de más que el arte muestre sus armas y saque los colores a los fiscales de la brigada «antiarte contemporáneo». Así, en una estrategia que viene de lejos y hunde sus raíces en los cambios de paradigma artístico de los años sesenta, el arte al que se le recrimina ser territorio del ocio banal se revuelve contra sus acusadores y en un juego de paradojas, absorbe lo ocioso como tema a analizar desde el territorio del arte. Y si como hemos dicho el arte no es sino un dificultoso afán por comprender, tratemos de entender el mundo de la ociosidad, ese espectáculo por antonomasia del low cost mediático que es la lista Guiness, desde la creatividad de las artes plásticas. En sus variadas formas, el arte tiene la capacidad de promover la reflexión sin ridiculizar necesariamente aquello sobre lo que depara, tiene la posibilidad de ser algo más que espectáculo de usar y tirar (o de ver y olvidar). Por eso creo que Basado en hechos reales representa aquel tipo de práctica creativa que no es un arte convertido en espectáculo, sino que es un arte que habla de espectáculos. Y es esto lo que le permite recapacitar sobre los límites de la originalidad y las fronteras entre lo creativo y lo excéntrico desde un formato familiar a la vida contemporánea, el de experiencias miniaturizadas, portátiles y exhibibles en vitrina. Así, desde nuestras formas manejables, nuestras pequeñas maquetas de la realidad (que seguimos sin saber qué es), podemos reducir a escala el mundo que a veces nos viene grande para empezar a comprender.
Paisajes preferentes
Texto: Begoña Barrera López
Imagen de portada: Paisajes preferentes (Basado en hechos reales)
Imágenes cortesía del artista: Miguel Ángel Moreno Carretero
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