
Se acercan las semanas de la moda y desde luego qué mejor escenario para ver y ser visto. Asistiremos a un denodado intento de acaparar los flashes tanto por celebrities como por fashion insiders y asistentes varios a la entrada de los desfiles. He leído en varios medios que 2014 será el año del final del selfie ¿alguien se lo cree? Porque decididamente el ansia de posar, de trascender y hacerse notar del ser humano no va a acabar, incluidos los famosos, siempre en queja continua sobre el acoso al que se ven sometidos por los medios pero que a su vez suben fotos mucho más personales a las redes que las que cualquier fotógrafo pueda captar. ¿Tiene sentido subir un selfie antes de acudir a una gala o un desfile cuando 20 minutos después te van a hacer fotos con mejores cámaras y luces? ¿las fotos de streetstyle son selfies que te hacen otras personas? En cualquier caso no voy a criticar los selfies cuando soy el primero que se los hace, la pena es que no me van a hacer fotos caminado por el jardín de las Tullerías camino de un desfile.
Joaquín Pallarés Allustante Porte Dauphine Bois de Boulogne 1872
Toda esta charla viene a colación porque hace una semana volvió a saltar la noticia sobre el apartamento abandonado de Madame de Florian en París, descubierto hace un par de años en las mismas condiciones que se dejó, a moda de capsula del tiempo, y la subasta de un cuadro de la propietaria, encontrado en el apartamento, cuyo preció ascendió a 2,1 millones de euros; la máxima cantidad que se ha pagado por un Boldini. Este pintor fue un experto en retratar a la alta sociedad de la época en vistosas pinturas donde se solía poner de manifiesto toda la parafernalia que rodeaba a tales damas: sombreros, cintas, perros, plumas… con un don de majestad y a la vez una aparente espontaneidad. Parece que en estos dos últimos términos se puede resumir muchas de las fotos de streetstyle que vemos a día de hoy “aparente espontaneidad”, con esas poses forzadas de sorpresa o cotidianidad, lo que me lleva a creer firmemente que Boldini fue uno de los primero fotógrafos de moda, con pincel.
Crossing The Street
La pintura siempre ha plasmado el transcurrir de la vida humana con diferentes acentos según la época y la zona. Durante siglos la pintura religiosa y mitológica junto con los cuadros de Corte fueron la tónica general; en el fondo todos destinados al mismo fin: poner de relieve el poder de la Iglesia, la Monarquía o los Dioses. Pero con la llegada de la burguesía y el protestantismo, las clases adineradas empezaron a creer que ellas también eran válidas para ser retratadas y permanecer en el tiempo (objetivo último de cualquier expresión humana: pretender la inmortalidad). Lo que empezó como pequeñas figuras de los donantes al lado de Vírgenes y Santos se acabó convirtiendo en retratos propios normalmente de pequeño o mediano tamaño y siempre mostrando algún detalle que dejase claro el rango, el poder o la fortuna del retratado. Desde luego esto sólo podía ir a más, y sigue siendo así, por lo que toda dama que se preciara acababa en alguna pintura mostrando su atributos, de todo tipo, especialmente durante el cambio del siglo XIX al XX cuando la Moda como tal empezaba a coger fuerza. Pintores como Boldini, Sargent o Alfred Stevens entre otros se especializaron en capturar esas escenas de sociedad, esos proto-editoriales de moda y primigenios streetstyle. Muchos eran interiores, en alguna escena casual frente a la mesa de té o en algún sillón pero otros eran al aire libre en meriendas, careras de caballos, picnics o en el paseo de moda en París durante la época: el Bois de Boulogne.
Afternoon In The Park
Por esta verde extensión al estilo de Hyde Park se paseaban y dejaban ver las personas "a la moda" y las que intentaban estarlo, tanto andando, como a caballo o en carruaje y para muchas era la ocasión principal del día. Para estos recorridos existía un dress code. Ciertos atuendos adecuados para el Bois hubiesen sido provocativos para la mañana o para ir a pie. Las parisinas no debían llevar piedras preciosas, sólo flores de esmalte, turquesas, ópalos… De lo contrario una podría ser tomada por una extravagante extranjera o simplemente una mujer de dudosa reputación (casualmente desde hace años el Bois es conocido por el gran número de prostitutas que ejercen su profesión al caer la noche) y su indumentaria debía carecer de adornos superfluos. El mismo tipo de vestido y aderezos cambiaban para ir al Bois o hacer visitas, enriqueciendo los materiales y el adorno. Tales como faldas de damasco drapeadas, cuellos y puños de encaje y al parecer no había nada de malo en ponerse pulseras al recorrer los mil metros que recomendaba la salubridad de la época.
Jacques Henri Lartigue Avenue Du Bois De Boulogne 1911
Hace dos o tres años en el CaixaForum hubo una exposición sobre el fotógrafo Lartigue, con numerosas instantáneas de señoras de la sociedad paseando por el Bois, solas, acompañadas, con sus perritos , titulada "Un Mundo Flotante" nombre que nos lleva a las escenas del mundo flotante del periodo Edo Japonés y que al igual que éste reflejaban un mundo, una sociedad, valga la redundancia, que flotaba, ajenos al resto de la sociedad y entregados a los placeres de la vida. La época eduardiana como bien reflejó Beaton en su "El Espejo de la Moda" fue el punto y final de una especias de Antiguo Régimen que coincidió con el fenómeno del decadentismo, centrado en la estética y lo bello por lo bello. ¿Estamos asistiendo a una recuperación de ese "mundo flotante"? Diariamente vemos en nuestras redes sociales imágenes de celebrities, modelos diseñadores… en fiestas, desfiles o cafés ¿son esas nuestras imágenes de lo bello por lo bello?, ¿esos instantes de belleza a los que somos ajenos? Desde luego repasando la miríada de blogs sobre streetstyle o simplemente moda de vez en cuando nos encontramos con imágenes de capturadora belleza que definitivamente pueden hacernos pensar en ese moderno mundo flotante.
Como resumen y punto final extraigo varias conclusiones obvias: que el ser humano está obsesionado con su imagen, que quieren que los demás les vean, que es muy "centrito" y muy cotilla, el afán de notoriedad y que vive siempre anhelando la inmortalidad y la permanencia y, por supuesto, la belleza, propia y ajena.
Jacques Henri Lartigue Avenue Du Bois De Boulogne Parc 1911
The Red Curtain
Portada del pintor Boldine de Madame Florian
Texto: Jesús Martín
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