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Continuidad y doble moral en MBFWM

Al mismo tiempo que aumenta el número de patrocinadores en cada edición y disminuye la presencia de diseñadores, crece la impresión de que existen dos pasarelas Mercedes Benz Fashion Week Madrid (MBFWM). Por un lado está el gran instrumento de promoción multi marca en el que se ha convertido a consecuencia de celebrarse en la feria de muestras madrileña (Ifema). Por otra parte, el trabajo de los diseñadores, que pagan un precio relativamente bajo por exponer su trabajo (cuatro mil euros por participante en cada edición) y a cambio admiten que su nombre se vincule a compañías con las que tienen muy poco que ver.

 

Etxeberría

En la entrada del recinto se exhiben empresas de diversa naturaleza (automóviles, bebidas, dentífricos e incluso jabón para lavadoras), con el objetivo común de nutrirse de las herramientas de la moda, mientras que en el backstage, el equipo de maquilladores de L´Oréal ni siquiera permite que se hagan fotografías cuando se emplea cualquier cosmético que no es de la casa, lo cual da una idea de la relevancia de este encuentro para la promoción y difusión de sus productos. Curiosamente los únicos que no intervienen en el formidable negocio que ha tenido lugar estos días en Ifema son sus protagonistas, los diseñadores que participan en la muestra, pues en general confiesan dificultades para garantizar la supervivencia de sus negocios.

Con la industria textil española centrada en la exportación, que se incrementó en 10.851 millones de euros (un 13,4% más) entre enero y noviembre del año 2013, las críticas a la organización por la trivialidad del negocio nacional continúan en aumento. Cuca Solana (apodo de Leonor Pérez Pita, directora de MBFWM) afirma: “Este año la cita ha coincidido con la feria textil MOMAD Metrópolis, otro pilar que sostiene la industria de la moda en este país. Sin los mil cuatrocientos expositores de esta feria, MBFWM no tendría futuro”.

Devota & Lomba

“En el año 1985 empecé con la entonces pasarela Cibeles. Desde entonces ha habido cantidad de pasarelas complementarias en España: Gaudí, moda de Castilla y León, moda Andalucía, etc.” sostiene insinuando que no existe rival para la actual MBFWM y que por tanto su apuesta por la continuidad es segura. Cuando se pregunta por la poca visibilidad internacional de la cita, Cuca Solana asegura que se han invertido ochocientos mil euros en la convocatoria de prensa extranjera, a la vez que responde: “Si se celebrara al final de Agosto, los compradores estarían en plena época de rebajas y no podrían ocuparse de las colecciones que llegan dos temporadas después. Por eso compensa absolutamente que coincida con la semana de la moda de Londres, para que puedan acudir los compradores”.

En opinión del diseñador Juan Vidal, que ha ganado por segunda vez el premio del certamen: “Ifema es idóneo para desfilar porque cuenta el pack de iluminación, sonido, espacio, modelos, etc. Realizar un desfile privado cuesta aproximadamente treinta mil euros, por lo cual se requieren patrocinadores, que no son fáciles de conseguir”. Ante las críticas a Ifema asegura: “Existe una demanda de cambio por parte del público, ante la cual me gustaría que el recinto se renovara y cambiase de imagen, mediante pequeñeces que crearan sorpresa y que no requieran tanta inversión como creatividad e inteligencia” e incluso propone una alternativa: “Me encantaría realizar un desfile en la nave donde se carga y descarga la mercancía, no cambiaría nada del espacio”.

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Los profesionales españoles del sector culpan de su poca fortuna a la caída del consumo y la pérdida de poder adquisitivo, pero no son los únicos factores implicados. La doble moral de los consumidores, que por un lado defienden y dignifican el trabajo realizado en nuestro país pero por otra parte compran al menor coste posible –lo cual prácticamente descarta el trabajo realizado en España-, explica la poca demanda del diseño nacional dentro de nuestras fronteras. El ansia por llevárselo todo al menor precio justifica que los consumidores acudan a compañías baratas cuyos convulsos procesos de producción están siendo continuamente cuestionados, más incluso desde que se produjese el derrumbamiento del edificio que alojaba a miles de sus trabajadores en Bangladesh, dejando doscientos cuarenta y tres muertos y más de mil heridos.

Además, el soporte que los diseñadores principiantes reciben en el extranjero es muy superior al que tienen los españoles, pues reciben el apoyo de instituciones de peso (como British Fashion Council o Council of Fashion Designers of America), premios de gran reconocimiento (British Fashion Awards o CFDA Awards, entre otros), centros de asesoramiento que los ayuda a establecer su firma e insertarla en el mercado, portales que promueven diseñadores, viajes conjuntos a Paris para ponerse en contacto con compradores y colaboraciones con grandes firmas de moda, lo cual los hace visibles ante al gran público.

Ana Locking

En España se han adaptado algunos de estos recursos con resultados dispares. Nuestro país cuenta con un Premio Nacional del Diseño de Moda (otorgado por el Ministerio de Educación, cultura y deporte), al que recientemente se han añadido los Premios Nacionales de Moda (otorgados por el Ministerio de Industria), que incluye una categoría destinada a los más jóvenes. También existen numerosos patrocinadores privados que sustentan a algunos diseñadores y las cabeceras de moda cuentan con sus propios premios, el más importante de los cuales (dotado con cien mil euros), permite posibilidades que hasta hace poco eran imposibles y proporciona unos contactos más útiles que el dinero del premio. 

Estos galardones están destinados a lograr que los españoles obtengan mayor repercusión internacional y sean considerados en las mediáticas sucesiones de las grandes firmas de moda. Juan Vidal, ganador imbatible de premios, sostiene: “Tenemos poca visibilidad en el extranjero y es difícil que se fijen en nosotros porque durante muchos años no hemos salido de España y ahora sólo estamos comenzando a hacerlo”. Su declaración, unida a la deriva que ha experimentado la imagen de nuestro país a raíz de los escándalos sucedidos en el último año, quizás explica que por el momento el único equipo español que ha logrado la dirección creativa de una compañía internacional (Azzaro) es el dúo integrante de Alvarno, que precisamente se caracteriza por haberse mantenido siempre al margen de la pasarela oficial y los medios que ofrecen las instituciones nacionales.

Duyos


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Moises Nieto

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Portada: Juan Vidal

Texto y fotografías Guillermo Aroca